En el último censo realizado en el lugar, se contabilizaron 1.411 individuos y se sumaron el aguilucho común y el platero, al listado de aves registradas durante los cinco monitoreos estacionales que el Proyecto GEF Humedales Costeros ha realizado desde el 2022. Este trabajo ha logrado sumar 30 especies nuevas en la zona que no habían sido observadas, pero que habitaban el humedal, representando un lugar de encuentro para diversas especies de América.
En el marco de la Estrategia Nacional para la Conservación de Aves 2021- 2030 del Ministerio del Medio Ambiente y del Programa de Monitoreo que el Proyecto GEF Humedales Costeros realiza en sus cinco regiones pilotos (Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins, Biobío y La Araucanía), se llevó a cabo el cuarto censo de aves en lo que va del año en el humedal Laguna de Cáhuil en Pichilemu, correspondiente a la estación primavera.
Este trabajo tiene como objetivo registrar las poblaciones de aves y así conocer el estado de conservación de la biodiversidad local, tanto de especies residentes como migratorias. Los censos de aves son un indicador de la salud de los humedales y de los servicios ambientales que brindan, ya que la diversidad de especies muestra una idea general de la calidad del ecosistema local, cuáles podrían ser sus amenazas y cómo actuar en su conservación.
El muestreo se realizó desde el sector alto del estero Nilahue, conocido como El Maqui, hasta su desembocadura en el mar, donde las aves fueron censadas en siete puntos de observación, ubicados a lo largo del borde del humedal, los que ofrecen una buena panorámica del sitio y del avistamiento de aves.
Durante la jornada del censo estación primavera se registraron 69 especies que sumaron 1.411 individuos, registro donde se añadieron el aguilucho común y el platero al listado del número total que se ha considerado durante los cinco monitoreos estacionales realizados por el Proyecto GEF Humedales Costeros, alcanzando un total de 94 especies.
Levantamiento de información
«El Censo de Aves es una valiosa herramienta que nos permite conocer el comportamiento y número de especies presentes en el humedal de Cáhuil, por ello se realiza varias veces en el año y es de suma importancia, ya que nos permite conocer con cifras el estado de los humedales y a partir de estos datos, tener un insumo para promover acciones para su conservación. Esto va en la línea de nuestro eje de gobierno respecto de la protección de estos valiosos ecosistemas», comentó la Seremi del Medio Ambiente en la región de O´Higgins, Giovanna Amaya.
Este censo de aves es el quinto que realiza el Proyecto (desde el 2022 a la fecha) sumando y complementando la información ya existente sobre el patrimonio natural del humedal Laguna de Cáhuil. De acuerdo a bibliografía, en la zona existían 61 especies nativas en distintos estados de conservación, listado que ha aumentado según lo señalado por el coordinador regional del piloto Cáhuil, Luis Araya.
“Hemos sumado a este listado inicial más de 30 especies que, si bien siempre han vivido en el humedal, no habían sido registradas porque no se desarrollaron con tanta frecuencia propuestas de levantamiento de información o de conservación como lo está haciendo actualmente el Proyecto GEF Humedales Costeros. Entonces, que en cada censo anotemos una o dos especies nuevas, es una excelente información que nos ayuda a complementar el registro de aves que se encuentran o que llegan a la laguna”, puntualizó el profesional.
Principales hallazgos
El censo correspondiente a primavera, coincide con la época de cría para la mayoría de las especies que se reproducen en Chile, por lo que se pudieron observar pichones de cisne coscoroba, pato jergón grande, picurio y perrito. No solo se trata de una zona de alimentación o descanso, sino que también de nidificación, lo que refuerza la importancia de este sitio natural.
El informe también señala que se “registraron 4 especies de las endémicas-cuasi endémicas; hued-hued castaño, churrín del norte, canastero chileno y tenca chilena (5,79%) y 11 especies migratorias (15,94%) tanto boreales (reproductoras en Norteamérica, como los zarapitos y pitotoys) como neotropicales (crían en Chile pero luego pasan el invierno en sectores más cálidos de Sudamérica, caso del run-run y el fío-fío)”, lo que significa que el humedal es un lugar de encuentro para diversas especies de América.
Otro de los hallazgos relevantes del censo es la baja en el número de individuos registrados de 2.114 a 1.411. Esto se podría explicar por los altos niveles de agua, que implica que los individuos “se hallan dispersos en una superficie mucho mayor y por lo tanto, quedan fuera del alcance de las observaciones desde los puntos de conteo”. Además, un segundo factor que explica esta afectación, es el de los temporales ocurridos en invierno, que “cambiaron la topografía y las condiciones de varios sectores del humedal”.
A pesar de este hallazgo, el ornitólogo a cargo del censo, Daniel Imbernón, sostuvo que el hecho de contar menos ejemplares no necesariamente significa que realmente existan menos aves. “Lo que vamos viendo es que el humedal tiene una alta densidad tanto de especies como de individuos. De hecho, en solo en 5 censos, se han registrado un total de 94 especies de las 240 que hay en toda la región de O’Higgins, contando rarezas accidentales y divagantes. En realidad, nos está hablando de un porcentaje enorme de las especies regionales en un sector que apenas tiene unos pocos kilómetros de largo. Considerando su avifauna, pareciera que el humedal Laguna de Cáhuil está en muy buen estado y es un sitio perfecto para practicar la observación de aves”, concluyó.
Fotografías: Daniel Imbernón.