[Columna de opinión]
Es difícil separar la temática medioambiental de la identidad de los pueblos que habitan una región, especialmente en una comuna como Toltén. Con una población de 4.883 hombres y 4.839 mujeres, donde el 43,9% son mapuche y lafquenche, la conexión espiritual con la tierra y el mar es profunda y significativa. “Tol Treng”, que etimológicamente alude al sonido de las olas al golpear las rocas, ha sido históricamente una comuna de rica diversidad cultural y natural.
En el Liceo Público Bicentenario Martín Kleinknecht Palma, nos esforzamos por reflejar y honrar esta diversidad. Nuestro liceo es un espacio donde la inclusión y el respeto por la diversidad son fundamentales. Aspiramos a que nuestros estudiantes aprendan en un entorno de cariño y trato familiar, apoyándolos en su diversidad e insertándolos en una interculturalidad que valora sus orígenes, tradiciones y creencias. Nuestra visión es desarrollar procesos de aprendizaje contextualizados, colaborativos y experienciales, donde los estudiantes descubran, apliquen y construyan saberes a través de diseños pedagógicos y nuestros sellos educativos.
Los humedales del río Queule, situados en lugares como Caleta, Balsa Nigue, Puerto Ramos, Boroa, Boldo y Laguna Patagua, son de vital importancia para nuestra comunidad. Este curso fluvial, que nace en la cordillera de Mahuidanche y recorre 35 kilómetros antes de llegar al mar, afecta una cuenca de 670 kilómetros cuadrados. Estos humedales no solo albergan 47 especies de aves, como el cisne de cuello negro, y una rica diversidad de flora, sino que también sustentan una economía local sostenible.
Diversas iniciativas de las comunidades mapuche, lafquenche y no indígenas demuestran que la convivencia económica, ecológica y turística es viable sin depredar ni destruir. Proyectos como el programa de educación ambiental desarrollado en el marco del proyecto GEF Humedales Costeros, junto a la SEREMI del Medio Ambiente y la Certificación Ambiental de Excelencia, visibilizan estas prácticas cotidianas en el aula, en un entorno coherente con el medioambiente.
La protección de zonas de nidificación de aves en La Barra, la forestación con plantas y árboles nativos, las capacitaciones a docentes a través de programas como estos, y el reconocimiento de aves a través de avistamientos, son actividades que impulsan e impactan positivamente en la comunidad y en la interacción con el medioambiente. Por todo esto, nuestros 437 estudiantes y sus familias, con un 60% de componente mapuche lafquenche, integran principios y valores culturales que resuenan con el cuidado del medioambiente.
Entre todos debemos promover una formación más allá de la formalidad técnico-profesional o humanista-científica, si no que centrada en la esencia humana y la inclusión medioambiental. Instamos a nuestras autoridades y colegas a seguir fortaleciendo los espacios de participación, en pos de un mejor futuro para todos. Hacia allá avanzamos.