La iniciativa fue impulsada por el Proyecto GEF Humedales Costeros en la región de O’Higgins, a partir de la necesidad y el interés de la comunidad en potenciar la economía local a través de nuevos negocios con enfoque sustentable.
La Consultoría para el Fomento al Desarrollo de Viveros Locales, realizada en el marco del Proyecto GEF Humedales Costeros, se puso en marcha con la intención de complementar dos requerimientos locales de la comuna de Pichilemu. Por un lado, la urgencia de contar con proveedores de la zona que abastezcan de especies florales nativas para restaurar zonas ambientalmente degradadas en un futuro y, por otro lado, la necesidad de potenciar la economía local.
En una primera etapa, se convocó a personas interesadas en comenzar un vivero o que ya tenían uno propio en pie. Luis Araya, coordinador local del Proyecto GEF Humedales Costeros en la región de O’Higgins, comenta que las reuniones ayudaron, principalmente, a potenciar el mercado local que ya existía: “Reunimos a 20 personas interesadas en esta iniciativa. De ellos, 17 ya tenían su negocio armado. Lo que nosotros pudimos entregar fue la diversificación de lo que ellos están haciendo actualmente”.
Como segunda etapa, se creó un “Manual administrativo y comercial para el manejo de viveros” y una “Guía técnica para la creación de viveros”. Esta última con información sobre tipos de viveros, reproducción de especies y sus cuidados; especialmente sobre algunas especies nativas que fueron identificadas durante el estudio y que serán útiles para los procesos de restauración. “Se realizó una identificación de flora de la cuenca y se priorizaron 5 especies de flora terrestre y acuática, así es que los manuales están enfocados en la reproducción de estas y se crearon fichas para cada una de ellas”, agrega Luis Araya.
A partir de la información recopilada en estos manuales, se realizaron dos capacitaciones grupales y cinco talleres personalizados según temas de interés de cada participante, es decir, se atendieron las necesidades particulares a través de encuentros más completos para quienes querían comenzar un vivero.
Los participantes contaban con bastante información previa, lo que permitió abordar temas específicos, según cuenta el coordinador local: “Cuando empezamos a hacer los talleres nos dimos cuenta que los productores estaban bien capacitados desde antes. A partir de esa base surgió la idea de hacer las capacitaciones particulares para temas que necesitaran aprender, como reproducción de especies acuáticas o reproducción de algunas otras especies como la Sarcocornia que despertó mucho interés por su uso en la gastronomía”.
Actualmente, quedan pendientes algunas capacitaciones que fueron suspendidas durante el verano y se está avanzando en la búsqueda de proveedores. “Estamos iniciando las conversaciones con una empresa para ejecutar los trabajos de reforestación/restauración y definir la o las especies que utilizaremos para reforestar. Nuestra idea es que las próximas capacitaciones aborden la reproducción de la especie que definamos y, a su vez, encargarles a los mismos productores los árboles que necesitaremos y compraremos”, adelanta Luis Araya. De esta forma, se comienzan a dar los primeros pasos para planificar trabajos de restauración de ecosistemas en la Laguna de Cáhuil.