El Proyecto GEF Humedales Costeros, a través del trabajo de la consultora experta en medioambiente, Racolab, presentó un informe que consta de una serie de propuestas de manejo para el desarrollo del turismo sustentable en el emblemático ecosistema de la región de O’Higgins.
Cada vez que comienza el verano, la comuna de Pichilemu rebosa de afuerinos que llegan a visitar la zona y uno de los grandes atractivos es la belleza natural que entrega el humedal laguna de Cáhuil. Aunque en menor medida, también durante estas vacaciones de invierno el sector recibe gran cantidad de turistas. Sin embargo, el vertiginoso aumento de las actividades turísticas en el sector no sólo trae cuentas alegres para sus habitantes, sino que también genera preocupantes efectos negativos como la contaminación y la perturbación de la avifauna.
Por este motivo, profesionales de la consultora Racolab realizaron una investigación para caracterizar y evaluar el estado actual del turismo en el humedal y sus sectores adyacentes, y así proponer una hoja de ruta para el desarrollo sustentable de esta actividad.
La evaluación denominada “Propuesta de Plan de Manejo para el Desarrollo de Actividades Turísticas en el humedal de Cáhuil” identificó los impactos ambientales del turismo y las oportunidades que surgen tras una eventual mejora de estas actividades. Asimismo, propone una serie de medidas de mitigación a los impactos negativos.
El informe fue calificado como “un barrido completo del turismo en Cáhuil”, según palabras del coordinador local del Proyecto GEF Humedales Costeros de la región de O’Higgins, Luis Araya. En ese sentido, Araya valora la zonificación del humedal respecto de su uso como espacio turístico, “la que se realizó mediante talleres participativos con operadores turísticos de la zona, en conjunto con servicios públicos asociados al rubro, y donde se plantearon objetivos de desarrollo por zona, pasando por temas como infraestructura, gobernanza, tipo de actividades turísticas posibles de realizar, así como también la valoración del entorno biofísico y el grado de naturalidad o no intervención que se quiere alcanzar para cada zona”, indica.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo segmentó territorialmente la zona en tres sectores: Cáhuil, Barrancas y La Villa-La Palmilla-El Bronce. Mientras tanto, para la propuesta de zonificación turística, se incorporó una cuarta división que corresponde al cuerpo de agua del humedal mismo.
Tras la evaluación, se identificó que los atractivos predominantes de todos los sectores se enmarcan en la categoría de sitios naturales, y en torno a ellos, se han formado otros incentivos turísticos de gran relevancia en la localidad, como son, por ejemplo, los alojamientos y servicios de comida.
En relación a la congestión vehicular, la contaminación acústica y la falta de planificación respecto a la actividad turística que se produce durante el verano, el equipo consultor propuso potenciar algunos lugares aledaños por medio de un relevamiento cultural de las actividades y la promoción del ecoturismo en torno al humedal.
Al respecto, el informe postula un sistema basado en el ecoturismo con enfoque en cuatro aspectos: económico, sociocultural, medioambiental y educacional. Este último con especial relevancia, puesto que su foco estará dirigido no tan sólo a los turistas, sino que también a la comunidad local, permitiendo un desarrollo equitativo y colaborativo con consecuencias positivas para el desarrollo del territorio y el humedal.
“Los desafíos planteados frente a los resultados del estudio son principalmente la existencia de una concentración de la actividad turística muy marcada en la zona de mayor intervención que, en conjunto con algunas falencias en infraestructura y transporte público, provocan dificultad en el tránsito de turistas y contaminación acústica, falta de infraestructura básica (baños públicos, entre otros) en la zona más retirada y un conjunto de buenas prácticas para el desarrollo de actividades turísticas necesarias de implementar. Sin embargo, este estudio nos entrega un marco de cuales son los objetivos para un desarrollo sustentable del rubro, validado por los prestadores de servicios turísticos locales, los cuales son posibles de abarcar en instrumentos de ordenamiento territorial o en planes como el Plan de Gestión Integral para el humedal laguna Cáhuil en el que estamos trabajando actualmente”, añade Luis Araya.
Y, de tal manera, con la mirada puesta al presente y al futuro, los profesionales a cargo del estudio consideran que es de suma importancia avanzar en la regularización del ordenamiento territorial en beneficio del desarrollo turístico local. Sin embargo, son enfáticos en asegurar que no es necesaria la creación de nuevos sistemas de gobernanza, sino que enfocar los esfuerzos en un sistema único de gestión de usos de humedales.
Para conocer más información del informe final, puedes descargarlo aquí.