La ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, destacó la iniciativa pionera en la gestión de ecosistemas de borde costero, que tras cinco años de trabajo llegó a su fin en la región con una ceremonia en Toltén.
Tras cinco años de trabajo por la conservación y el manejo sostenible de los humedales costeros y sus cuencas, culminó el Proyecto GEF Humedales Costeros en la región de la Araucanía.
La ceremonia de cierre tuvo lugar en la comuna de Toltén, donde los humedales tienen una superficie unas 10.360 hectáreas y una rica biodiversidad en flora y fauna, compuesta a lo menos de 11 especies de peces; 88 de aves, 129 de plantas y 29 familias de insectos acuáticos.
Este proyecto pionero en la gestión y planificación de ecosistemas de borde costero en el país se implementó gracias a la colaboración entre el Ministerio del Medio Ambiente, ONU Medio Ambiente y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF). Ha tenido un impacto en distintas áreas en la región, a través del piloto del río Queule, que es el que concentra más de 8.000 hectáreas de humedales.
Durante estos cinco años el Proyecto GEF Humedales Costeros ha impulsado una serie de iniciativas en Toltén, orientadas a la conservación y desarrollo local. Entre sus principales logros destaca la elaboración de un Plan de Gestión Integral del humedal del río Queule, el cual propone acciones concretas que buscan alcanzar gradualmente la gestión sustentable de este ecosistema de la región.
Otro de los ejes del proyecto en La Araucanía ha sido el desarrollo de iniciativas de educación ambiental, que incluyen el apoyo a escuelas bajo el Sistema Nacional de Certificación Ambiental de Establecimientos Educacionales (SNCAE), la elaboración del libro infantil “La Comunidad del Humedal”, protagonizado por especies de fauna de la costa de la región, y la implementación de un programa de educación ambiental intercultural, fortaleciendo el vínculo entre las comunidades y sus tradiciones ancestrales.
“El proyecto GEF demuestra que la colaboración entre instituciones y comunidades puede generar cambios significativos y perdurables en la naturaleza y en los territorios, produciendo cohesión social y oportunidades de desarrollo. Los humedales son parte de su riqueza e identidad cultural, y cuidarlos es una tarea de todos”, destacó con orgullo la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas.
Además, el proyecto fomentó el turismo sostenible en torno al humedal de Queule a través de la formación de guías de aviturismo y la creación de la cooperativa de artesanas Manos de Toltén, que reúne a más de veinte mujeres que se han capacitado en la elaboración de esculturas de aves nativas en lana vellón.
Beneficio para todos
“Los humedales costeros no solo son un refugio para la biodiversidad, sino que también juegan un papel crucial en la regulación del clima, la protección de nuestras costas y el sustento de nuestras comunidades”, señaló el Seremi del Medio Ambiente de la región, Félix Contreras.
“Gracias a este proyecto, hemos podido trabajar juntos para conservar la flora y fauna local, mejorar la calidad de vida y fomentar prácticas sostenibles en los aspectos económicos, sociales, ambientales y culturales que benefician a todos”, agregó.
Praxedes Zapata, una de las integrantes de Manos de Toltén, destacó que “la conformación de la cooperativa no solo nos ha permitido desarrollar una actividad artesanal y económica, sino también valorar nuestra identidad a través de las aves que inspiran nuestras creaciones”.
“Yo antes no sabía lo que era un humedal y ahora entiendo todo lo que implica, la biodiversidad, y cómo tenemos que cuidarla. También me permitió aprender la técnica del vellón agujado para poder realizar artesanía, donde hacemos todas las aves que se encuentran en el humedal», indicó Jeannette Zapata, otra integrante de la cooperativa.
Legado para la biodiversidad y las comunidades
La ceremonia de cierre se realizó en el área de equipamiento de calle Washington y contó con la participación de autoridades locales, líderes comunitarios y actores clave del proyecto. Durante el encuentro, se hizo entrega de sets educativos a bibliotecas y inauguró un mural y un tótem sobre biodiversidad.
«Este mural es mucho más que una obra de arte: es una invitación a reconectar con nuestro entorno natural y valorar las especies únicas que habitan en nuestros humedales”, explicó Katherin Solís, la coordinadora local del Proyecto GEF Humedales en La Araucanía.
El mural fue realizado de manera participativa junto al programa Quiero Mi Barrio, la unidad de Medio Ambiente del municipio de Toltén y la Oficina Local de la Niñez; e involucró a niños, artesanas, vecinos, comunidades educativas y profesionales locales.
“Este tipo de intervenciones nos ayuda a apropiarnos de nuestro territorio y a generar un conocimiento profundo sobre el valioso rol que juegan los humedales en nuestra vida cotidiana”, agregó la coordinadora local.
En la ceremonia también se hizo un reconocimiento a actores clave a través de los premios “Guardianes del Humedal”, incluyendo a establecimientos educacionales, propietarios de sitios pilotos de restauración y profesionales del municipio.
“Este proyecto ha fortalecido a nuestra comunidad al conectar nuestras tradiciones con la protección de los humedales. Es un ejemplo de cómo podemos avanzar juntos hacia un futuro más sostenible”, indicó el alcalde de Toltén, Guillermo Martínez.