En el marco del Proyecto GEF Humedales Costeros se trabajó en determinar los límites ecológicos de los humedales en donde desarrolla experiencias piloto, identificar las coberturas y usos de suelo de las subsubcuencas aportantes, establecer las áreas prioritarias para restauración, y proponer acciones de restauración. Resultados valiosos que sirven de insumos para una adecuada planificación estratégica y gestión de estos ecosistemas.
El área de acción del Proyecto GEF Humedales Costeros se establece en la denominada Ecorregión Mediterránea Chilena, es decir, entre las regiones de Coquimbo y La Araucanía. Allí se desarrollan cinco experiencias en ecosistemas piloto: humedal del río Elqui; humedal de Mantagua; humedal laguna de Cáhuil; humedal Sitio Prioritario Rocuant-Andalién; y humedales del río Queule. Cada uno de ellos presenta diferentes condiciones socio-ambientales y, por ende, distintas necesidades y desafíos.
DELIMITAR PARA RESGUARDAR
Uno de los primeros pasos para avanzar hacia la conservación de estos ecosistemas, es conocer a fondo el territorio y entender la cuenca hidrográfica en donde se emplaza. Por este motivo, a través de consultorías a cargo de profesionales expertos, se trabajó en estudios base cuyos resultados sirven de insumo para avanzar en una planificación estratégica para la conservación de estos humedales, la que a su vez formará parte de los Planes de Gestión Integral que se están trabajando en las cinco regiones.
De esta forma, las consultorías realizaron un completo trabajo que contempló determinar los límites y zonas buffer de los humedales; identificar, actualizar y validar las coberturas y usos de suelo de las subsubcuencas aportantes e identificar áreas relevantes para la biodiversidad y proveedoras de servicios ecosistémicos, así como las áreas degradadas prioritarias para restauración con enfoque de cuenca. Al mismo tiempo, el estudio entregó una propuesta de intervenciones de restauración pertinentes y factibles de aplicar por área.
“Una parte de este trabajo permite establecer con certeza los límites para reconocer el espacio geográfico en el cual se deben identificar, en primera instancia, los objetos o elementos de conservación (bióticos y abióticos)considerando la fragilidad y vulnerabilidad a la cual están sometidos estos ecosistemas”, señala Cynthia Mizobe, coordinadora local del Proyecto GEF Humedales Costeros en la región de Valparaíso. Y agrega: “Una adecuada delimitación, en nuestro caso del humedal de Mantagua, nos permitirá focalizar los esfuerzos de conservación, planificando así de manera operativa las distintas acciones a realizar en el territorio, acciones que pueden abarcar distintos ámbitos como educación ambiental, monitoreo, fiscalización, restauración, entre otras”.
Desde la región de Coquimbo, en tanto, también comparten con esperanzas estos resultados, ya que el informe presentado asegura “definir los límites ecológicos del humedal de la desembocadura del río Elqui, con 568,1 hectáreas”. En este estudio se consideraron criterios como la hidrología, vegetación, geomorfología y edafología, además de un proceso participativo del Comité Técnico Local del Proyecto en la zona. La delimitación ecológica del humedal del río Elqui realizada por el Proyecto GEF Humedales Costeros permitió el reciente reconocimiento de este ecosistema como humedal urbano, desde Altovalsol a su desembocadura, con una superficie total de 492,8 ha.
LA PUESTA EN MARCHA
Para llevar a cabo estos estudios en los cinco ecosistemas mencionados, fue necesario contar con investigación en terreno, utilización de material audiovisual con drones, talleres participativos, entrevistas con actores locales y otro tipo de estrategias según cada territorio.
Al respecto, la coordinadora local del Proyecto en la región del Biobío, Loreto Álvarez, destaca que además del levantamiento técnico tras los resultados del estudio, también se recabó “información de alto valor ambiental y social, como son las áreas de importancia para la biodiversidad, actividades socioculturales, riesgos naturales, amenazas, entre otras. Esta información resulta ser relevante, ya que permite identificar la infraestructura ecológica existente del Sistema Humedal Rocuant-Andalién, como así también poder habilitarla y gestionarla”. En este ecosistema piloto del Biobío, se llevaron a cabo talleres participativos con la comunidad, donde a través de un intercambio de intereses y opiniones se lograron acuerdos respecto a la gobernanza asociada al humedal, el cual es uno de los ecosistemas más dañados del país en cuanto a la pérdida de superficie, alteración de la calidad de aguas y relleno para el área de construcción.
El humedal laguna de Cáhuil también experimenta situaciones de amenaza respecto a trabajos de construcción, los cuales, además de establecerse de manera avasalladora, afectan y limitan funciones ecosistémicas. Por ello, la definición técnica de los límites de este y los demás humedales entrega una vital herramienta para establecer medidas de protección y reconocimiento según la Ley de Humedales Urbanos número 21.202.
En esa línea, Luis Araya, coordinador del Proyecto GEF Humedales Costeros en la región de O’Higgins, añade: “La delimitación nos entrega la información base necesaria para planificar las acciones necesarias a implementar en el territorio, para la gestión del humedal. En nuestro caso, también se incorporó al estudio la dinámica del humedal, con lo cual fuimos capaces de observar cómo la zona inundada varía a lo largo del año, pero el área del humedal se mantiene expresada en otros indicadores como la vegetación o el suelo. Esta variabilidad también se estudió a lo largo de los años posibilitándonos identificar la dinámica de apertura de la barra”.
Las conclusiones que se desprenden de este y los demás estudios de delimitación proponen un proceso de planificación enfocado no tan sólo en la protección según amenazas humanas, sino que también, frente a eventos extremos como el cambio climático, las dinámicas sociales, entre otros.
LAS PRIMERAS LUCES TRAS LA DELIMITACIÓN
En el caso del humedal de Queule, la coordinadora local del Proyecto en la región de La Araucanía, Dra. Katherin Solis, destaca que los resultados del estudio “no tan sólo son valiosos para establecer hasta qué lugar determinado el territorio presenta condiciones características de humedal, sino que también al ser información inicial, esta es mejorable y perfectible, por lo que abre paso a investigaciones posteriores que se vayan realizando”. Además, señala que estos estudios iniciales presentan un elevado valor en territorios como el humedal de Queule, donde la información y estudios de base son escasos.
Así como se desprenden desafíos de estos estudios, también ya se comienzan a vislumbrar los primeros resultados concretos del trabajo de delimitación en los cinco humedales. Por ejemplo, en el caso del humedal Mantagua, este trabajo contribuyó a que el ecosistema de la región de Valparaíso se encuentre en proceso de reconocimiento de humedal urbano. Asimismo, en la región de Coquimbo, se han propuesto áreas de mayor biodiversidad con singularidades específicas y se identificaron los servicios ecosistémicos potenciales en la desembocadura del río Elqui.
En tanto, en el humedal de Queule, la cartografía del mapa sobre la síntesis de prioridades de restauración entregó un muestreo preciso sobre las áreas más vulnerables, las cuales corresponden a humedales temporales. Estos ecosistemas tienen un mayor potencial de respuesta positiva a intervenciones de restauración y, por ende, de conservación del territorio.
Para los coordinadores del Proyecto GEF Humedales Costeros, el proceso de delimitación es un gran paso, fundamental para la protección de los humedales, ya que la existencia de un marco espacial asegura una base primordial que es necesaria para implementar las acciones según los objetivos del Proyecto. De esta forma, este trabajo y sus resultados facilitan las acciones de gestión ambiental y entrega herramientas para emprender, defender y conservar los humedales costeros.
Los informes completos sobre delimitación ecológica de los cinco pilotos del Proyecto GEF Humedales Costeros están disponibles en nuestra página web:
- Informe delimitación desembocadura del río Elqui.
- Informe delimitación humedal de Mantagua.
- Informe delimitación humedal laguna de Cáhuil.
- Informe delimitación humedal Sitio Prioritario Rocuant-Andalién.
- Informe delimitación humedales del río Queule.
Cabe señalar que la delimitación de humedales, bajo la Ley de Humedales Urbanos, contempla 3 criterios: hidrología, suelo y vegetación. En el caso de la delimitación asociada a los ecosistemas piloto del proyecto, se incorporaron otros criterios que contemplan zonas buffer (en cuatro de los cinco humedales) asociadas al ecosistema, ya que en estos casos el objetivo es proponer una zonificación para una gestión sustentable en la cuenca, la que se verá reflejada en un Plan de Gestión Integral. Por esta razón, los límites del humedal en estos estudios pueden tener variaciones respecto a los límites en sus declaratorias para Humedal Urbano, en conformidad a la Ley 21.202.